LETRAS

ESCRITURAS

miércoles, 29 de agosto de 2012


KIKA 

Efectivamente ella estaba ahí, esperando, no sabia que, pero esperando, quizá alguna señal que la llevara directa y rápidamente a la victoria, esa que aun no había podido conseguir quizá por que siempre la esperaba y no la buscaba.
Buscó, entonces, en su guardarropa ese atuendo que la hacia ver mas segura de si misma en su espejo, pero no frente a la vida, se calzó sus botas tejanas, su consabido y gastado Jean, su campera negra y partió rumbo a lo incierto, Kika nunca tenia un rumbo marcado para sus escapadas nocturnas, solo sabia que debía salir ya de ese lugar que la perturbaba tanto, hasta el punto mismo de la exacerbación.
Noto que olvidaba llevar su cámara, elemento con el cual testificaba cada uno de sus movimientos, también reparo en su música factor indispensable para sus largas caminatas y advirtió que esta vez tenia la música apropiada, Dark su inseparable compañero no podría acompañarla ya que las noches de Kika eran solo de ella y llevar a su amigo can solo le traería inconvenientes para el ingreso a lugares no frecuentados con animales, y murmuro:

-Si al cabo todos somos animales en esta jungla. O no?

Pero no podía detenerse ahora en esos planteos, y sin dudarlo saludo a Dark, le dejo todo lo necesario para que su noche sea agradable, tomo sus llaves y cerro la puerta no sin antes controlar que todo quedara en orden.
Se dirigió en dirección contraria a la planeada, siempre tenia estos arranques, ella aseguraba que alguien tenia conocimiento de sus pensamientos y entonces siempre hacia lo contrario a lo pensado, sin pensarlo.
Se detuvo en el comercio de la esquina, compro sus boquillas y cigarrillos, sabia que la noche iba a ser larga y no podía faltar su compañero mortífero, un poco menos nocivo con esas boquillas de plástico pero nocivo al fin.
Nunca salía con demasiado dinero, aunque tuviese, ella decía que la falta de dinero te hace ver la vida y la noche de otra manera.
Le dio vida a sus oídos con ese tema de John Lennon que tanto le gustaba, Imagine, y comenzó a caminar lenta y rítmicamente con rumbo incierto. Llego hasta allí, justo a donde pensó que no iba a llegar. Lo encontró, sumergido en el dolor y el llanto, en la suciedad y el frió, con una botella vacía entre sus manos congeladas, ni siquiera el alcohol pudo darle ese calor que tanto ansiaba. Se detuvo frente a él y con voz calma y serena le dijo:

-De esa manera el calor no se consigue.  De esa manera solo conseguirás que el frió siga estando en tu corazón, por que la soledad que te acompaña es producto de esa botella vacía que albergas entre tus manos.

-Tú no sabes como se llama quien me acompaña, solo mírate y veras que quien te acompaña a ti se llama del mismo modo. Saco un pequeño cigarrillo que al prenderlo Kika descubrió de que se trataba. Y le dijo.

-Estas queriendo dormir a tu ser para no ver lo solo que estas, y de esa forma solo conseguirás que la soledad sea tu única aliada.

-Vuelve por donde has venido da 20 pasos hacia atrás y mira como te alejas de mi sin que yo te lo pida.

-Yo no quiero alejarme, solo quiero ayudarte.
-Pues entonces, dime donde vives, lleváme a tu casa y dame ese calor que según tu dices que me falta, alimentame y regálame esos harapos que tu ya no usas, de esa forma podrás ayudarme.

-No puedo llevarte a mi casa, solo puedo darte mis palabras.

-Joder, que palabras ni palabras, si quiero palabras… Saco debajo de si unos diarios viejos que le servían de aislante y con irritación se volvió a Kika diciéndole:
-Si quiero palabras aquí las tengo, por millones, distintas, iguales, frías, calculadas y también tengo números, pero no hago nada con esto ENTIENDES. Le grito, y tiro contra ella los diarios.

Kika se disponía a sentarse junto a su lado ya nada le importaba a estas alturas.

-Que haces? Estas loca, no te da miedo sentarte junto a un borracho drogón que puede tener entre sus sucias ropas un cuchillo afilado para darte justo el punto final a tu vida, no temes a la muerte? Quien crees que eres, Eh? Dime.

-Yo no le temo ya a la muerte, si tu crees que eres la mano ejecutora que le pondrá fin a mi vida, pues adelante. Yo solo quiero compartir contigo este momento de soledad, tanto tuya como mía, ella esta haciendo que cada día yo quiera irme de este mundo y quizá si, y me estoy arriesgando a que tu seas el pasaporte de mi viaje. Pero no, veo en tus ojos cansados y oscuros un halo de luz.

-Si, si… y ahora vendrás a decirme que eres Parapsicóloga y todas esas cosas que usan para entretener a la gente… Por favor, vete, vete que ya nos molestas.

-A quien mas, aparte de ti molesto yo no veo a nadie mas.

-Molestas a soledad y a mi. Así que VE TE YAAAAAA¡

-Esta bien, pero mañana volveré…
Interrumpió el linyera
-Si, Si… Volverás y serás millones. JA JA JA.

Ahora Kika se encontraba en un estado de desconcertacion, no podía entender por que, sus palabras no llegaban al corazón de nadie.
Entonces pensó en ir hacia allá, pero desistió de la idea por miedo a que estuvieran hurgando en sus pensamientos. Tomo otro rumbo y antes de retirarse le pidió autorización a él para tomarle una foto:

-UNA FOTO¡¡¡ exclamo el linyera. Si que estas loca, para que quieres una foto?? La pondrás en tu mesita de luz, o quizá eres yuta y no me lo dijiste. TOMATELAS YA por que ahora si que no me tiembla el pulso.

Kika se retiro sin su foto pero de todas formas tenia grabada en sus retinas la imagen de su rostro.
Siguió caminando y llego a la parada de ese colectivo, pero allí mismo pensó que no quería que nadie supiera su destino, ni siquiera el conductor ni los pasajeros. Así es que camino y llego a una plaza, poco iluminada y mas fría que la nieve. Se sentó en un banco y apago su música. Solo quería escuchar el susurro del viento y esos sonidos nocturnos que tanto la asustaban, pero desafió al miedo, se lamento no haber llevado sus elementos para escribir, tan desagradable episodio. Pero eso también lo tenia grabado en sus oidos.

Por el largo camino que cruzaba la plaza diviso una persona, no sabía bien su género, pero su paso denotaba que era un hombre.
Comenzó a caminar ya que no quería que su destino fuese amargo.

De pronto escucha:

-Psss, Psssss. Ey a Ud. Srta. Kika escuchaba muy claramente pero sus audífonos calvados en las orejas disimulaban su audición. Perdón Srta. Puedo acompañarla? Kika se saco los auriculares y pidió a su interlocutor que le reiterara lo que había dicho:

-Digo, si puedo acompañarla?, es una noche muy oscura para que una muchacha este sola. Si me permite le invito un café, ahí, en ese bar. Acepta?
Kika titubeo, pero se dijo que nada perdería con tan solo tomar un café aparte no traía suficiente dinero como para hacerlo por sus propios medios. Aceptó.

CONTINUARA…

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